Estudiar o vivir fuera de nuestro país de origen es un indicador del “estatus
socioeconómico” de una persona a los ojos de la sociedad, este es un concepto
que parece ser compartido por muchas culturas. Sin embargo, la etiqueta que
ponemos a estas personas puede ser la equivocada.
Existen muchos matices para los “extranjeros” que se encuentran no solo en
Europa sino en todo el mundo y varían: aventureros de diferentes edades y
orígenes que eligen un estilo de vida nómada urbano, refugiados que huyen de
la guerra sin mirar atrás, personas de clase media del mundo entero que deciden
buscar mejores oportunidades por medio de estudios o nuevos empleos,
estudiantes de clase alta y media alta que pueden ser patrocinados por sus
familias para hacer estudios en el exterior y disfrutar de las representaciones
más costosas de una cultura, también los suertudos de clase media baja y baja
que consiguen apoyos del gobierno y otras entidades (becas), y hay más.
Como se pueden imaginar, las experiencias de cada viajero son distintas. Siendo
una persona de clase media media si es que existe, yo salí de Colombia por
medio del programa Fille Au Pair para el cual no tuve que ahorrar mucho puesto
que me endeudé por la mitad. Los gastos utilizados son: Agencia, pasajes y
escuela de francés, no se paga ni estadía ni alimentación, todo esto por la
módica suma de 4 millones de pesos aproximadamente. ¡La visa como se
imaginarán es mucho más fácil de conseguir puesto que ya tenemos un lugar a
donde llegar, un trabajo y unos estudios que seguir!
Una Au Pair básicamente cuida niños a cambio de estadía, alimentación y un
salario denominado en Francia “argent de poche” o como diríamos en Colombia:
el diario. Durante el año que estuve en ese programa tuve la oportunidad de
conocer personas de diferentes culturas y países, darme cuenta de que no
somos tan diferentes y de que las fronteras solo eran un concepto. En ese
programa también aprendí que no todos tenemos la misma “suerte”, porque así
llamo el hecho de que algunas chicas tuvieran que trabajar más de lo que les
pagaba la familia sin poder pedir una compensación adicional, hacer cosas que
no tenían nada que ver con la función de “NouNou” o recibir tratos no tan
cordiales de sus anfitriones mientras que otras estaban trabajando lo justo,
recibiendo regalos y viajes familiares, recibiendo pagos adicionales de las
familias y algunas hasta conseguían familias que les pagaran toda la escuela.
Los tratos que se consiguen con las familias, ya sea por medio de una agencia o
por internet por lo general varían dependiendo de la nacionalidad de las
estudiantes, eso no me pareció tan cool. Lo que me pareció cool fue que una vez
terminado el programa una gran parte de estas viajeras puede continuar su
estadía como estudiante y aprovechar al máximo Europa, eso sí, las reglas de la
visa siguen aplicando, pero como “la cara del santo hace el milagro” todo es más
fácil “sur place”.
Francia, Europa y el sueño del viejo continente
Las películas y otros tipos de arte extranjero nos muestran a veces una Europa
fría, fiestera, multicultural, abierta de mente, culta, avanzada, tecnológica,
verde, (…) y déjenme decirles: es todos y ninguno de esos adjetivos al mismo
tiempo. Primero que todo sepan que no es tan fácil generalizar la cultura
europea. Así como nosotros ellos tienen diferentes culturas, platos, tratos haciala gente, formas de disfrutar de una fiesta, en fin, todo lo que puede diferir entre
un costeño y un rolo o entre un mexicano y un argentino.
Lo más bello son las estaciones, ver las hojas caer en otoño es más hermoso de
lo que lo imaginé; la nieve puede ser implacable y al mismo tiempo dar una
sensación de calma; pero lo que más amé fue ver la vida tomar su curso en cada
primavera con nuevas y diferentes flores abriéndose durante un mismo mes
decorando su alrededor y recordándonos que después de 3 meses de encierro la
alegría viene a visitarnos. Las estaciones no solamente hacen que Europa sea
bella, sino que también hacen que una buena parte de su población sepa
anticipar y preservar los recursos que tienen porque saben que no siempre
estarán ahí. Parte de esta previsión son las mermeladas y compotas que
nosotros dejamos solo para los niños pero que encontramos tan deliciosas a
escondidas.
Como les decía, Francia y Europa no son lo mismo, de hecho, del sur al norte de
Francia también hay muchas diferencias, tal vez por la cantidad de sol que la
gente recibe al día o por la forma de llamar al “pan de chocolate”. La comida es
deliciosa, eso sí, casi todos los platos son gourmet y los restaurantes son un
poco costosos ¡gracias a Dios por el Kebab! Este plato, aunque exótico para
nosotros se ha convertido en una parte de la gastronomía francesa a precios
accesibles para todos y casi siempre atendido por un amable árabe que te pedirá
que salsa quieres con el kilo de colesterol que te vas a comer. Los paisajes de
Francia y de la Europa que conocí son hermosos, hay torres de energía eólica y
paneles solares casi en todas partes, encanto mágico y verde que debería ser
más implementado en Colombia.
Respecto a la cultura francesa, les diré que es exigente, una persona no dudara
en decirte si algo le molesta aun si es una vía pública o si estas en un salón de
clase y crees que lo que haces no tiene nada que ver con él. Por supuesto, eso
significa que se quejan sin problema y no poco, pero los perdonamos por una
rodaja de salchichón o una copa de vino. Esta costumbre que les da fama de
“raleurs” como ellos mismos lo dicen implica que exigen lo más posible de su
gobierno y de los organismos que están al servicio del pueblo así que si me lo
preguntan tal vez deberíamos aprender un poco de ellos.
La diversidad cultural se hace sentir, gente de los orígenes más recónditos está
en Francia, esto lo entendí cuando conocí a Sossan de Djibouti, a Gloire del
Congo Brazzaville, a Ina de Serbia, a Abdias de Guyana. Así, religiones y culturas
llegan a encontrarse en el país de la “baguette”, pero no se dejen engañar, todos
los idiomas posibles han llegado aquí para ser unificados en uno: el francés. En
Francia como en Colombia el porcentaje de personas que habla inglés no
representa una mayoría y eso implica que las personas que vienen deben
aprender esta bella lengua para poder adaptarse, no hay opción.En resumen, en Europa se come y se bebe bien, se viaja bien y se conoce todo
tipo de personas. ¿La fiesta? Bueno, se los dejo a la imaginación, pero les
anuncio que no escucharan un solo vallenato, el pop y el rap son la tendencia en
Francia y la música latina está encabezada por nuestro amado Elvis Crespo. Así
que ya saben, preparen apetito, emoción por la aventura y una buena lista de
reproducción para ver el continente que les hará sentir que después de todo el
mundo no es tan grande y que sin importar nuestro origen, religión, color,
cultura o gusto musical, nosotros, bellos humanos, no somos tan diferentes.
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