



Un Tunjo es, en principio, un muñequito de oro de origen chibcha. Puede encontrarse en sepulturas destapadas, cerca a adoratorios o en lagos y ríos (el agua es un elemento poderoso para los chibchas, pues generó los primeros seres humanos). Eran dados como ofrenda a los dioses o puestos junto a un tesoro para que sirvieran de guardianes. De hecho, según la tradición oral colombiana, otorgarán parte de su fortuna a la persona que los proteja.
La finca donde está la reserva lleva desde hace muchos años el nombre de El Tunjo, probablemente alguno se aparece allí pues es una región donde se han encontrado « guacas » y hay muchos ríos cerca. Tal vez se apareciera en la piedra que los pobladores han llamado Piedra del Tunjo o del Reloj, donde han escuchado doce campanadas al llegar la media noche de luna llena.
Hemos decidido conservar este nombre, invocando al Tunjo para que cuide nuestro mayor tesoro que son estas hocho hectáreas de bosque de nubes Andino. Se ha venido recuperando con sus propias fuerzas desde hace treinta años y nuestra misión es ayudar y proteger su proceso espontáneo de recuperación.
A continuacíon una columna de imagenes y videos contando historias de la reserva el Tunjo, en Berbeo, Boyacá.

Desde niño quiero tener un bosque. En 2014 tenía una plata de la venta de mi negocio en Paris, busque en internet y me encontré esa finca. Bueno era finca porque, porque la familia a quien compré, dejaron ese predio asi… durante 30 años. Ya no era finca sino bosque, un bosque de nubes con arboles enormes, excatamente lo que buscaba par cumplir mi sueño.
¿ Más contenidos audiovisuales biogotanos ?